lunes, 22 de febrero de 2010

Enredos de amor. Capítulo III


Autora: Amethyst
Resumen: Daisuke es un estudiante que no ha tenido demasiada suerte en el amor, ahora su corazón suspira por su mejor amigo pero teme que la mala suerte vuelva a aparecer en su camino.
Genero: Romántico, Humor
Clasificación: G
Tipo: Multichapter
Status: Finalizado


Capítulo III: Enfrentándose al destino

Ya sólo quedaba una hora para enfrentarse a todos sus temores. Y por primera vez en su vida, deseó que las clases no terminasen nunca. Durante la hora de química, planeó varias ideas para enfrentarse a Kaito. La primera, decirle que todo era una broma. Aunque Dai estaba seguro que Kaito no iba a tragárselo. Segundo, dar la cara y decir la verdad (la cual no estaba muy dispuesto a contar pero se prometió a sí mismo no escabullirse más). Y tercero, no aparecer. Aquella tercera idea era la que más le agradaba, ciertamente. Pero entonces volvería a hacer lo mismo de siempre. Huir.

En esta ocasión Daisuke no podía huir. Ayaka tenía razón, llevaba demasiado tiempo escondido escapando de los problemas. E incluso Reiji le animó a continuar adelante. Decidió entonces contar la verdad a su amigo al salir de clase, le diría acerca de sus sentimientos aunque no fueran correspondidos, hecho que era inevitable. Por un instante sintió que hacía lo correcto y que con ello iba a quitarse un peso de encima. De ese modo podría empezar de cero, pero esta vez se fijaría más a quien entregar su corazón. Aun así sintió un vacío en su interior al pensar en ello, el cual parecía imposible de llenar.

Cada minuto que pasaba sus nervios comenzaron a florecer de nuevo, dudando de lo que debía hacer. El timbre sonó y sintió una ola de inquietud por todo su cuerpo. Observó a Ayaka junto a Reiji, como de costumbre. Necesitaba ánimos para seguir pero ella no parecía querer acercarse. En cambio Reiji miró en su dirección y sus miradas se encontraron. A los pocos segundos Daisuke la apartó y recogió sus cosas rápidamente. Se alejó de allí como si se dirigiese a su propia muerte.



Cada paso que daba sentía su cuerpo temblar de los nervios. ¿Qué iba a pensar Kaito cuando le viera allí? Se acercó al lugar que mencionó en la carta y se sorprendió al no ver a nadie todavía. Tal vez con suerte Kaito no se presentaría, ya que ahora tenía novia. Se acercó al banco y dejó caer su mochila, sentándose en la parte superior. Suspiró algo aliviado hasta que escuchó unos pasos acercarse. No se atrevió a levantar la vista pero una voz que reconoció enseguida le heló la sangre.

— ¿Daisuke?

Reiji estaba frente a él observándole con extrañeza y algo más que Daisuke no pudo discernir. En cambio el mostraba perplejidad al verle allí.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó con descaro.

Reiji no dijo nada y sacó de su chaqueta de cuero un sobre que Daisuke reconoció enseguida. Sus ojos se abrieron enormemente y abrió la boca lleno de asombro. No consiguió decir palabra alguna por algunos segundos. Agarró la carta con fuerza y la abrió para asegurarse que era la suya, aunque no había duda alguna.

— ¿Quién te ha dado esto? — formuló meneando la carta con algo de alivio.

— Estaba en mi taquilla, ¿la escribiste tu?

— ¡Dios! — gritó Daisuke algo aliviado, agarrando sus cabellos con la mano, aun así su mente se dirigió a su amiga en esos momentos —. ¡Voy a matar a Ayaka! ¡Yo la mato!

Reiji permanecía en silencio sin entender nada. La reacción de Daisuke le estaba resultando de lo más cómica aunque algo en su interior había comenzado a quebrarse. Al fin Dai se dio cuenta de la existencia de Reiji y se dirigió a el con algo de vergüenza.

— Perdona Reiji, ha sido todo un malentendido puedes estar tranquilo — comenzó a relatar Daisuke —. Verás iba a entregarle esta carta a alguien pero no me atrevía y Ayaka al parecer, sin mi consentimiento — realzó con ahínco el “mi” — la dejó en la taquilla, aunque la muy tonta se confundió de numero. Pero, realmente me siento aliviado.

Se sentó nuevamente dejando escapar un suspiro, desahogándose de todo aquello. Por una vez la suerte había estado de su lado. Reiji le imitó y se sentó a su lado, permanecía muy pensativo.

— Entonces Ayaka se confundió — añadió Reiji en un susurro.

— Si, bueno, en realidad debió meterla en la 406... — en el instante de mencionarlo se llevó una mano a la boca por haberlo soltado delante de Reiji. Angustiado le miró y esperó que con suerte no conociera el dueño de la taquilla que estaba encima de la suya.

— Pero la 406 es de Kaito Arisugawa que está en la clase de... — no continuó hablando, dirigió la mirada hacia Daisuke que permanecía blanco por la impresión —. Entonces realmente eres...

— Joder — soltó sin mucha delicadeza. Se llevó las manos a la cabeza y ocultó su rostro ocultando su rubor. Por bocazas ahora Reiji sabía que era gay. ¿Cómo podía ser tan torpe?

— ¿Por qué estás tan abatido? No se lo diré a nadie si eso te preocupa — dijo Reiji apartando la mirada del muchacho que tenía al lado. Por un instante percibió su aroma y el tenue calor de su cuerpo pero, al mismo tiempo, le sintió muy lejos de allí.

— No es solo eso, ¿sabes? — mencionó con la voz quebradiza —. Apenas se nada de ti y he soltado algo que no todo el mundo acepta por las buenas. Es difícil ser homosexual pero nadie se da cuenta de eso.

— ¿Te preocupa lo que pienso? — preguntó el moreno fijando ahora su mirada en Dai —. Pues no debería importarte, cada uno es libre de amar a quien quiera — su voz sonó anhelante y no pasó desapercibido para Daisuke. Alzó la vista y observó a su compañero que permanecía a su lado con rostro tranquilo —. ¿Acaso no oíste ciertos rumores acerca de mi?

— ¿Qué? — preguntó contrariado —. Sí, bueno. Escuché que tuviste problemas con tu familia desde pequeño, peleas y esas cosas. Y algo acerca de bandas.

— ¿Y no te acercabas a hablar conmigo por eso? — Preguntó asombrado — La mayoría de esas cosas las exageran, pero la gente no se me acerca por algo más. Soy bisexual, Daisuke. Y nunca he sentido la necesidad de ocultarlo, tal vez por eso no veían con buenos ojos cuando estaba saliendo con alguien. En este colegio hay muchos prejuicios respecto a eso.

— ¿Bisexual? Yo nunca lo había oído. Me acordaría de eso, créeme — Daisuke se quedó anonadado observando a su compañero, hasta que se percató que tal vez Reiji si esperaba a la persona que había escrito la carta —. Joder, lo siento. Siento lo de la carta...

— ¿Por qué? No es culpa tuya. Solo vine por curiosidad.

— Aun así, lo siento.

Daisuke dirigió su vista al frente, un extraño sentimiento le estaba comenzando a dominar y no supo discernir si era algo bueno o malo. Se sintió angustiado por no saberlo. Observó como el parque se iba llenando de niños pequeños correteando de un sitio a otro. Un silencio extraño entre ellos se hizo dueño de aquel momento y antes de poder decir nada más notó cómo Reiji se levantaba del banco.

— Daisuke — nombró el moreno antes de irse — ¿No te arrepientes de no decirle la verdad al chico que amas?

Daisuke reflexionó antes de contestar, alargando aquella conversación un poco más.

— No — confesó con una sonrisa llena de pesar —. Mi amigo ya tiene alguien a quien amar y no quiero estropear su amistad. Tengo que aprender a superarlo, ¿no crees?

— Te admiro por eso.

Aquellas palabras le sorprendieron y dirigió su vista a Reiji mientras el joven se marchaba de allí. Algo le decía que no le dejase ir pero, su cuerpo no quiso moverse. Una extraña sensación de malestar hizo presa de su cuerpo. Notó a Reiji realmente extraño desde que le contó lo de la carta e incluso él se sentía diferente. A lo lejos pudo distinguir a Ayaka, se acercó a Reiji antes de desaparecer de su campo de visión. Apesadumbrado sin saber por qué, se quedó observando como todos a su alrededor parecían estar felices aquel día. Todos menos él.

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