jueves, 1 de abril de 2010

Eterna Soledad. Capítulo I


Título: Eterna Soledad
Autora:
Amethyst
Resumen:
Pasaron más de tres años desde la batalla en el Valle del Fin, cuando Naruto y Sasuke se reencontraron en la guarida de Orochimaru. Pero, Naruto aún desea cumplir la promesa que cada día su mente se niega a olvidar.
Pareja: Sasuke x Naruto
Género: Angst, Drama, Romántico
Clasificación: PG-13
Advertencias: Shonen ai
[Spoiler cap. 137 a 139 del anime Shippudden]



ETERNA SOLEDAD


1 - Noticias inesperadas

La oscuridad del austero pasillo no le impedía correr con fuerza. Cada paso que daba, su respiración se agitaba más y su corazón latía frenéticamente rogando por una pausa. Pero él no podía permitirse ese capricho, a sólo unos pasos encontraría lo que tanto tiempo atrás estaba buscando. Se percató que el final del túnel estaba cerca, al fondo pudo vislumbrar la luz de los efímeros rayos del sol. ¿Aún era de día? Tampoco era algo que le importase demasiado, su único deseo era llegar hasta esa luz, pues sabía perfectamente que tras ella se encontraría él.

Avanzó rápidamente hasta alcanzar la salida. La repentina claridad cegó sus ojos por unos segundos hasta que su vista se acostumbró al cambio de luz. Allí permanecían en pie, estáticos como rocas, Sakura, Sai y Yamato, pero apenas reparó en ellos. Naruto sólo tenía ojos para la imponente figura que se mostraba ante ellos. Sin dejar de observarle, avanzó lentamente con el rostro demasiado asombrado como para articular palabra alguna, mientras su respiración volvía a tranquilizarse tras la carrera. Pero su corazón no hizo más que latir con fuerza.


Había muchas palabras amontonadas en su garganta, pero aun así, no consiguió pronunciar ninguna. Demasiados sentimientos agolpados en su pecho le hacían sentir extraño, un dolor lacerante en el corazón le estaba atormentando sin tregua alguna. Inexplicablemente, sintió un vacio desolador al verle. Al fin, después de tanto tiempo, estaba frente a Sasuke.


— Sasuke — la voz de Naruto se escuchó débil, mostrando el desconcierto que sentía —. ¿Por qué? — Naruto sintió como su ira comenzaba a aparecer haciendo presa de su cuerpo —. ¡¿Por qué no me mataste entonces?! ¡¿No es ésa tu forma de romper vínculos?!


— La razón es simple — Sasuke habló con frialdad, mostrando una calma infinita. Naruto sintió un escalofrío al escuchar esa voz nuevamente — No quise darle el placer de obtener poder a su manera. Simplemente te dejé con vida por capricho.


Naruto se sintió confuso al escuchar esas palabras. ¿Un capricho? Apretó los puños con fuerza, la rabia comenzaba a dominarle pero había algo más, tal vez era decepción. Se sintió decepcionado al oírle, ¿qué mas esperaba de él? Habían pasado casi tres años y hasta ese momento, sus vidas no se habían vuelto a cruzar. Sintió un hormigueo incómodo al darse cuenta cómo Sasuke había conseguido trasladarse a su lado casi sin notarlo. Aquella proximidad dio un vuelco a su corazón y sintió como el aire comenzaba a evaporarse de sus pulmones. Sintió un agudo dolor antes de caer sumido a la oscuridad, arrullado por la suave voz de Sasuke, susurrándole unas hirientes palabras al oído.


— Por eso ahora, por capricho, perderás la vida.



Naruto despertó con el corazón en un puño. Por unos instantes se sintió desorientado y el sudor de su frente caía en pequeñas gotas por su rostro. Su respiración comenzaba a tranquilizarse a los pocos minutos, mientras masajeaba con la mano su frente, lleno de congoja. Otra pesadilla le había llevado hasta ese límite. Respiró profundamente maldiciendo en silencio su mala suerte, desde hacía semanas no dejaba de tener ese sueño en el que aparecía la persona que le estaba llevando a su perdición. Desde aquel encuentro, Naruto supo que nada sería igual. Y realmente tuvo razón, después de tres años, el equipo 7 liderado por Yamato, encontró a Sasuke. Pero para su desgracia, no todo salió como lo planeó en un principio.


No pudo traer de vuelta a Sasuke y más incógnitas aparecieron para atormentarle. Tras unos meses, intentaron buscarle nuevamente pero todo fue en vano. Era como si Sasuke hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Naruto suspiró quedamente, dejándose caer sobre la cama. Los rayos de sol le indicaban que ya era bien entrado el mediodía pero él no quiso levantarse. Ya habían pasado meses desde el encuentro con Sasuke y su inquietud iba en aumento. ¿Tal vez por eso las pesadillas de aquel suceso le atormentaban cada noche? Naruto no sabía la respuesta, pero de seguir así, su mente colapsaría tarde o temprano.


Se levantó de la cama a regañadientes. Ya llegaba tarde a su cita con Shikamaru, le prometió que el domingo quedarían juntos para desayunar, ya que desde hacía semanas había estado tan ocupado con misiones que no tenía tiempo para salir con los amigos. Después de una ducha rápida se vistió con lo primero que encontró por ahí tirado y cogió las llaves. Abandonó la casa en silencio dirigiéndose hacia el hogar de Shikamaru.


Naruto bostezó por enésima vez, parecía querer competir con Shikamaru en eso, pero su amigo no estaba de tan buen humor. Como bien sabía, le esperó una reprimenda impresionante por parte de Shikamaru por dejarle esperando en la cafetería cerca de dos horas. Naruto se disculpó pero su amigo no quería escucharle. El castaño dejó dos platos de ramen sobre la mesa, sentándose frente a Naruto. Le miró detenidamente y observó como el rubio parecía sumido en sus pensamientos, era una imagen que se estaba volviendo demasiado frecuente para su gusto. Algo le decía que no iba bien, Naruto estaba cambiando y sintió un escalofrío al tener esos pensamientos.


— ¿De qué se trata esta vez? — preguntó sin mucho tacto, nunca le gustó andarse con rodeos. En cambio la expresión de Naruto se la esperaba, su rostro reflejaba sorpresa y resignación.


— Ni siquiera yo lo sé.


— No me mientas, has vuelto a tener esa pesadilla ¿verdad? — Inquirió cansado — ¿Cuántas van ya?


— Ésta es la tercera semana consecutiva.


— Joder — dijo sin más Shikamaru, dejando escapar un suspiro —. Naruto, creo que te estás volviendo loco.


— ¡Yo no estoy loco! — gritó sin mucha convicción en sus palabras. Se llevó ambas manos al rostro, ocultándolo entre ellas — Maldita sea, Shikamaru. Ya no sé qué pensar, cada noche me acuesto con la esperanza de no verle en mis sueños sólo para despertar ahogado en una terrible ansiedad. ¿Qué demonios me está pasando?


— No tengo respuesta para eso, Naru — el rubio sonrió al escucharle, Shikamaru comenzó a llamarle así desde que le contó sobre las pesadillas. Ahora era su único confidente y al menos eso le hizo sentirse más tranquilo —. Creo que estás llevando esto demasiado lejos.


— ¿A qué te refieres? — preguntó Naruto con nerviosismo en la voz.


— Tal vez llegó el momento de pensar un poco en ti, en tu vida — el silencio del muchacho le animó a continuar —. Creo que sería mejor si le olvidases y afrontaras el hecho de que él no va a volver.


Se arrepintió un poco de sus palabras al ver la reacción de Naruto, la cual no le sorprendió demasiado. El ninja se levantó del asiento con brusquedad y tiró cuanto había en la mesa poniendo sus manos sobre ella, observándole con el rostro invadido por la rabia. Shikamaru permaneció tan sereno como de costumbre, desde que el rubio vio a Sasuke su humor era así de cambiante. Suspiró, mostrando un rostro cansado y enfrentó la mirada de Naruto.


— No importa cuántos platos rompas, sabes que lo que digo es cierto — añadió Shikamaru con voz cansada — Dime, Naruto. ¿Qué sientes por Sakura ahora?


— ¿Qué? — preguntó sorprendido por la pregunta —. ¿A qué coño viene eso?


— Pues créeme, mucho. Tú estabas enamorado de ella, ¿no es así?


— ¿A dónde quieres llegar con eso? — aquel juego comenzó a hastiarle.


— A que desde hace años, tu vida comienza y termina con Sasuke — sentenció su amigo con un tono en la voz que no le gustó. ¿Acaso le estaba reprendiendo por sus acciones? — Así que dime que sientes por Sakura ahora.


— Es mi amiga — afirmó Naruto con la mirada fija en Shikamaru —. Ya hace tiempo que dejé de pensar en ella como algo más. Pero eso no te da derecho a sacar conclusiones equivocadas sobre mí.


— En ese caso, olvídale — la seriedad de Shikamaru era palpable —. Tu equipo dejó de buscarle, ya nada podéis hacer. Estoy preocupado por ti, Naruto. Deberías vivir y tener una vida que te estás negando tú solo.


— No puedo — su rostro ahora no reflejaba más que una amarga angustia.


— ¡Claro que sí! — Shikamaru perdió la compostura y se levantó del asiento, encarando a su cabezota amigo —. ¡Tienes que hacerlo! ¡Estás desperdiciando todo tu esfuerzo y tu vida en alguien que no siente nada hacia ti!


Naruto recibió esas palabras como una puñalada por la espalda. En el fondo, él sabía que Shikamaru tenía razón, él intentó traer de vuelta a su amigo, pero Sasuke no se dejó convencer. Era algo imposible, lo sabía perfectamente, pero él no podía rendirse.


— Shikamaru, ¿no ves que no puedo? — su voz sonó más calmada esta vez, intentando hacer comprender a su amigo —. Prometí que lo conseguiría, le traería de vuelta con nosotros, no sólo por Sakura, ni por mí. ¡Tú no fuiste quien juró traerle de nuevo a Konoha! ¡Fui yo! Fue mi palabra y mi deseo en ese momento, tú no puedes entenderlo, ¡no puedes entender lo que siento! Fallé cuando nos separamos hace tres años, perdí ante él y se marchó. Todo fue por mi culpa.


— ¿Te sientes culpable de eso? — Shikamaru se acercó al rubio y alzó su brazo, posando la mano sobre el delgado hombro —. Hay algo más que eso, no puedes ocultarlo.


Naruto apartó la mano del joven y se alejó dos pasos. Odiaba cuando su amigo se creía el más listo que él, sabiendo siempre los pensamientos de los demás. A veces le odiaba por ser tan intuitivo.


— No sabes nada, Shikamaru — dejó escapar con desgana — En aquella batalla debí traerle a Konoha pero fallé, no puedes saber cómo me siento. Y un juramento no se puede romper, traeré a Sasuke aunque sea lo último que haga en mi vida.


Shikamaru quedó en silencio. Se dejó caer cansinamente en la silla e intentó analizar la situación. Nada de lo ocurrido ahí presagiaba algo bueno.


— Has cambiado mucho — dijo el muchacho castaño, sin pensar demasiado en sus palabras.


— Puede ser, no es algo que me importe ahora.


— Pero estoy preocupado — levantó la vista de nuevo sobre Naruto —. Estás obsesionado con esa promesa, amigo. Sólo espero que seas consciente de que tal vez, esa promesa sea tu propia destrucción.


— No puedo evitar arriesgarme para descubrirlo — dijo decidido.


— Pero tu equipo al parecer se ha dado por vencido con lo de Sasuke, Tsunade no va a involucrarte más, ¿qué vas a hacer?


— No lo sé — admitió con pesar —. Tal vez tenga que hacerlo por mi cuenta.


— Apenas conseguirás información de ese modo.


— ¡No seas tan pesimista! — Naruto volvió a sentarse y apoyó los brazos sobre la mesa —. Ya se me ocurrirá algo.


Shikamaru iba a reprenderle por su comportamiento egoísta cuando alguien llamó a la puerta. Se levantó sin muchas ganas y dejó a pasar a la inesperada visita. Sakura se veía agitada y se acercó hasta Naruto.


— ¡Al fin te encuentro! — dijo la muchacha casi sin aliento —. ¡Rápido Naruto! Tsunade nos ha llamado urgentemente.


— ¿Otra misión justo ahora? — el joven se quejó mientras se levantaba del asiento.


— No se trata de una misión — añadió Sakura con seriedad —. Es urgente.


Naruto sintió mucha curiosidad por la inesperada información, se despidió de Shikamaru y siguió a la muchacha calle arriba hasta el hogar del hokage. Naruto sintió una inquietante impaciencia recorrer su cuerpo y al llegar al despacho de Tsunade se dio cuenta que algo trascendental había ocurrido. Los rostros serios de la Hokage, Kakashi e incluso Sai le desconcertaron. Se acercó a Tsunade y vio un pequeño informe ensangrentado sobre el escritorio.


El silencio le incomodó demasiado y Naruto agarró el papel entre sus dedos. La letra era legible pero había partes inconclusas. Únicamente una frase entre ellas le dejó sin aliento. ¿Era eso verdad? Naruto dejó caer el papel al suelo, con la mirada perdida en algún lugar de aquella sala. A su mente venían una y mil preguntas que hacerle a la hokage pero su mente estaba colapsada. Al parecer, la incierta mirada de Naruto animó a la mujer explicar aquel contenido. Si aquello era verdad, ¿qué iba a hacer ahora?


— Te preguntarás si esta información es cierta — dijo Tsunade con voz seria —. Te puedo asegurar que lo es, Naruto. Teníamos un espía en Akatsuki y afirmo todo cuanto aparece en este informe. Por desgracia, esta información ha costado una vida.


Naruto se recuperó parcialmente de la impresión al recibir la inesperada noticia y recogió el informe del suelo, leyendo cada palabra nuevamente, deteniéndose en una frase en especial “Itachi ha muerto, Sasuke cumplió su venganza y la última vez que le vi, se dirigía hacia las montañas más allá del paso de los cuervos...” Tragó con dificultad sintiendo una punzada en el pecho. Agarró con fuerza aquel papel ensangrentado y se dirigió rápidamente hacia la puerta, siendo detenido por la potente voz de Tsunade.


— ¡Naruto! ¿¡Se puede saber a dónde vas!?


— ¿¡Acaso no está claro!? — Preguntó con ironía el muchacho — ¡Voy a ir por él! Esta vez no pienso dejarle ir.


Al acercarse a la puerta vio como Sai le obstaculizaba el paso, se extrañó por el raro comportamiento de su compañero pero se percató demasiado tarde de la triste mirada que Sakura le dedicaba. ¿Qué estaba ocurriendo ahí? Se giró para preguntar a Tsunade pero lo único que sintió fue un pinchazo en el cuello, se agarró al hombre que tenía tras él, el cual le sostenía en sus brazos para no dejarle caer. Su vista se volvió demasiado borrosa, pero conocía bien a ese hombre, “Kakashi, ¿por qué?“. Finalmente su cuerpo dejó de responderle y su mente se hundió en la más profunda oscuridad.


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